Perder peso no consiste sólo en controlar el tipo de alimentos que se ingieren y el número de calorías que se consumen. El horario de las comidas también tiene un gran impacto en el metabolismo. Un nuevo estudio acaba de confirmar la importancia del desayuno y los efectos nocivos de picotear por la noche.
El reloj biológico diario y el sueño regulan la forma en que se metabolizan los alimentos que ingerimos. La forma en que se queman las grasas y los azúcares depende en gran medida de la hora del día en que se consumen. Nuestro cuerpo funciona según un ritmo circadiano y está programado para quemar grasas durante el sueño. Cuando se salta el desayuno, o se picotea durante la tarde o la noche, se retrasa la quema de grasas. La grasa se almacena entonces.
El equipo de investigadores dirigido por Kevin Kelly, Owen McGuinness y Carl Johnson, de la Universidad de Vanderbilt (EE.UU.), realizó experimentos para controlar el metabolismo de sujetos de mediana y avanzada edad, después de desayunar, en el caso de la primera cohorte, o de tomar un tentempié por la noche (equivalente al desayuno), en el caso de la segunda cohorte.
Los distintos grupos recibieron las mismas comidas en el almuerzo y la cena, a las mismas horas 12.30 y 17.45. La duración del ayuno nocturno fue la misma para ambos grupos, pero a horas diferentes.
Aunque el contenido de las comidas era idéntico, el grupo que recibió un tentempié por la noche vio cómo su metabolismo cambiaba, dando lugar a una quema de grasas menos eficaz que el grupo que desayunó. Este estudio tiene una gran repercusión en la forma de llevar a cabo una reforma dietética con el objetivo de perder peso. Es importante no saltarse el desayuno, cenar temprano y evitar picar por la noche. Respetar el ayuno nocturno diario es importante para optimizar la quema de grasas.